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¿Cómo justifican el carnismo y el especismo las personas jóvenes?

31 Ago 2017

La socióloga Marta Puerta es autora del artículo “La legitimación del carnismo y el especismo”, en la Revista de Biótica y Derecho de la Universidad de Barcelona. Marta ha centrado su estudio en estudiantes de universidad. En esta entrevista nos da algunas claves sobre en qué se basa la juventud para legitimar la explotación animal y cómo actuar en la educación para fomentar el respeto.IMG_0731

¿Por qué decidiste centrar tu investigación en estudiantes de universidad?

Quería centrar mi estudio en personas jóvenes puesto que son el grupo de edad que muestra una mayor preocupación por los derechos de los animales y el veganismo en España. Las personas más mayores han vivido demasiados años con la idea de que los animales deben ser criados para nuestro consumo y satisfacción. Es más, muchas de ellas han presenciado matanzas. No ocurre lo mismo con la población joven que cada vez está más distanciada de los animales que consume y, por ello, quería centrarme en atender a sus justificaciones. Y, en este sentido, la población universitaria me parecía un buen comienzo.

¿Qué es el carnismo?

El carnismo es una ideología que respalda y justifica el consumo de carne. El término fue acuñado por la psicóloga estadounidense Melany Joy, con la finalidad de destacar que dicho consumo no es una cuestión meramente nutricional o de supervivencia. Del mismo modo que referirnos a las personas veganas como consumidoras de plantas resultaría bastante impreciso, el término omnívora u omnívoro tampoco es adecuado puesto que atiende a cuestiones biológicas y, además, abarca tanto a personas veganas como carnistas. Los seres humanos somos omnívoros. Podemos comer prácticamente de todo, pero es una elección social elegir qué productos comer y cuáles no. Las personas que se alimentan con productos de origen animal lo hacen porque no consideran que los intereses de los animales a los que se comen sean importantes. Creen que su derecho a decidir qué comer o qué no es mucho más relevante que el derecho a la vida de los demás animales. De modo que estas ideas especistas refuerzan el sistema carnista y lo hacen posible.

¿Cuál es el objetivo de tu estudio?

El objetivo del estudio es analizar las justificaciones que utilizan las personas para legitimar el consumo de animales. En este caso, nos hemos centrado en las justificaciones ofrecidas por estudiantes universitarios. Pero, aunque harían falta más estudios para corroborarlo, probablemente las justificaciones que ofrezcan otros colectivos sean bastante parecidas, dado que el consumo de carne es un comportamiento muy extendido y que todavía pocas personas se replantean.

¿Hay estudios similares cuyo objeto de estudio sean estudiantes de menor edad?

No tengo constancia de ello.

¿Qué argumentos presentan las estudiantes para explicar su consumo de alimentos de origen animal?
Los principales argumentos que presentan las personas entrevistadas para explicar el consumo de alimentos de origen animal se relacionan con la necesidad, el gusto, la economía y la comodidad.

El argumento de la necesidad cae por su propio peso dado que, aunque algunas personas afirman que consumir animales es una cuestión de supervivencia, en la medida en que sus discursos avanzan, afirman que conocen personas que no consumen productos de origen animal y que, por tanto, es posible sobrevivir sin realizar dicho consumo.

¿Coinciden estos argumentos con tu conclusión?

En parte sí y en parte no. Es cierto que las personas consideran que comer productos de origen animal es más económico, cómodo, provoca placer puesto que el sabor les gusta y, en ocasiones, afirman que además necesitamos la carne para sobrevivir. Pero, en realidad, es la falta de empatía hacia los animales consumidos lo que permite su consumo.

¿Cómo crees que el profesorado puede fomentar la empatía en el alumnado?

Dado que la falta de empatía hacia los animales consumidos es lo que permite, en mayor medida, su consumo, si queremos una sociedad más justa y antiespecista que respete las vidas de todos los animales, debemos fomentar esa empatía olvidada. No es una tarea fácil, pero podemos llevarla a cabo con gestos simples como recordando de donde viene la carne, aunque parezca obvio. El consumo de animales es un hecho tan arraigado en las sociedades actuales que, aunque resulte evidente que debemos matar animales para poder comer carne, en la mayoría de las ocasiones esta información se obvia y no se medita.

Además, debemos eliminar el especismo de nuestro propio lenguaje y destacarlo en las demás personas cuando lo presenciemos. Frases tan arraigas en la cultura popular como “matar dos pájaros de un tiro” o “a todo cerdo le llega su San Martín”, deben ser eliminadas puesto que el lenguaje influye directamente en nuestra percepción del mundo.