El pasado lunes 8 de julio El Periódico de Aragón publicó la siguiente carta enviada por un miembro de Aula Animal:
Formo parte de Aula Animal, una asociación de docentes de Aragón que tratan de promover el respeto a los animales en el sistema educativo. Hace exactamente un año, un grupo de familias veganas se puso en contacto con nosotros. Rechazan el consumo de productos de origen animal y sus hijos no pueden comer con el resto de sus compañeros porque los colegios no admiten esta opción. Inmediatamente hicimos una solicitud formal para reunirnos con la consejera de Educación. Tras varios meses esquivando nuestras peticiones, el director general de Ordenación Académica, Marco Rando, accedió a escucharnos. Yo lo conocía personalmente porque habíamos trabajado un curso en el mismo instituto de Teruel. En el encuentro le mostramos que un menú libre de productos animales no encarecía el servicio y le entregamos varias cartas de médicos y nutricionistas que apoyaban esta petición. Él reconoció que si a los musulmanes se les ofrecía un menú distinto por motivos religiosos era discriminatorio no ofrecer por motivos éticos. Dijo también que acceder a esta propuesta proyectaría la imagen de que la consejería de Educación escucha a la comunidad educativa. Aunque la decisión la tomaría la consejera, nos prometió que nos mantendría informados. Pensé que aunque fuese por educación, lo haría. Pero desde entonces no hemos vuelto a tener noticias y sabemos que ya han tomado la decisión en contra de estas familias. En aquella reunión no me di cuenta de que ya no estaba hablando con un compañero y que estaba hablando con un político.
Diego Jiménez Hernández