Por Irene Moncayola
Planteo mi actividad para una clase de 5 años de Educación Infantil. En esta etapa ya comienzan a entender conceptos morales y son capaces de tener cierta empatía con los demás, así como comprender cómo se sienten otros seres vivos.
En Educación infantil se puede trabajar de forma amplia el tema de los animales, trasmitiendo empatía hacia ellos y tratando por encima el tema del maltrato animal, sobre todo orientado hacia experiencias positivas que hayan tenido los alumnos y alumnas con los animales y tratando de comprender lo que no les podemos hacer.
Se puede incluir mi actividad al trabajar en clase una unidad didáctica que trate sobre los animales, en un proyecto sobre los elefantes o simplemente en un momento puntual en la clase para que se relajen, escuchen y aprendan una serie de valores morales a través de los cuentos.
A través de este cuento, trabajaremos sobre todo el área de Conocimiento del entorno del currículo de Educación infantil, así como la Competencia Básica en el Conocimiento e interacción con el mundo físico.
Objetivos:
– Trasmitir empatía hacia los animales.
– Trasmitir ciertos valores morales sobre los animales.
– Realizar un leve acercamiento a lo que ocurre hoy en día en los circos con animales.
– Promover una escucha activa ante la lectura de un cuento.
Contenidos:
– Acercamiento al maltrato animal que tiene lugar en los circos.
– Actitud de escucha ante la lectura de un cuento.
– Creación de empatía hacia los animales.
Criterios de evaluación:
La evaluación del aprendizaje se sitúa dentro de la continuidad educativa del proceso enseñanza-aprendizaje y se inserta en el desarrollo de la actividad.
La evaluación de este proyecto se realizara a través de la observación directa. Para ella podemos contar con una tabla de ayuda que realizaremos a partir de los objetivos propuestos.
Si | No | Observaciones | |
Muestra cierta empatía hacia los animales.
Aprende una serie de valores morales sobre los animales a través del cuento. |
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Conoce levemente la realidad de lo que ocurre hoy en día en los circos. | |||
Escucha de forma activa el cuento. | |||
Participa en la actividad propuesta. |
Recursos materiales necesarios:
– Cuento titulado “El elefante encadenado” de Jorge Bucay. (Anexo)
– Folios.
– Lapiceros.
– Pinturas de colores.
Desarrollo de la actividad: Sentados en asamblea, la profesora lee a los alumnos el cuento de “El elefante encadenado”, no hacemos una introducción sobre el cuento que vamos a leer, simplemente dejamos que ellos escuchen y observen las imágenes del cuento.
Después hacemos entre todos una reflexión sobre la lectura. Preguntamos a los niños y niñas cómo creerán que se siente el elefante, dónde nos gustaría que estuviera ese elefante, si alguna vez ellos también han querido hacer algo pero por mucho que lo han intentado no lo han conseguido, etc. haciendo sobre todo que crezca la empatía de los niños y niñas hacia los animales y conozcan lo que ocurre hoy en día de forma muy suave, con los animales de circo.
Por último cada alumno realizará un dibujo de cómo le gustaría que estuviera el elefante en lugar de encadenado en un circo y colocaremos los dibujos por la clase.
Anexo:
“El elefante encadenado” Jorge Bucay.
Cuando yo era niño me encantaba el mundo mágico de los circos.
Me entusiasmaba ver de cerca a cada uno de esos animales que viajaban en caravana de ciudad en ciudad.
Durante la función todo me parecía maravilloso y deslumbrante, pero la aparición del elefante era mi momento preferido. La gigantesca bestia hacía gala de una destreza, u tamaño y una fuerza impresionantes. Era evidente que un animal así sería capaz de arrancar un árbol de un simple tirón. Y Sin embargo… Para mi sorpresa, después de cada actuación, el personal del circo encadenaba al elefante a una pequeña estaca apenas clavada en el suelo.
Esto era para mí un gran misterio. Aunque la cadena era gruesa y fuerte, un animal capaz de tirar abajo un muro con su fuerza podría fácilmente liberarse de la estaca y huir. ¿Qué sujetaba al elefante? ¿Por qué no escapaba?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía creía que las personas mayores lo sabían todo. Así que pregunté a mis profesores, a mi tenía y a mi madre por el misterio del elefante. Ellos me explicaron que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Como era lógico, les pregunte entonces: “Si está amaestrado y por eso no escapa, ¿por qué lo encadenan?”. Nadie supo responder a esa pregunta.
Mucho tiempo después, una noche, conocí a alguien que había viajado mucho por la India que me ayudó a encontrar la respuesta. El elefante ha estado encadenado a una estaca desde que era muy pequeño. Recuerdo que cerré los ojos y pensé en el pequeño elefante recién nacido atado a la estaca. Me lo imaginé empujando y tirando de la cadena, día tras día, tratando de soltarse…Casi podía verlo, durmiéndose cada noche agotado por el esfuerzo, pensando en volver a intentarlo a la mañana siguiente. Todo fue inútil: la estaca era demasiado fuerte para un animal recién nacido, aunque se tratara de un elefante. Hasta que un día, el más triste de sus días de su corta vida, el elefantito aceptó que no podía liberarse y se rindió a su destino.
Entendí entonces por qué el enorme y poderoso elefante que yo veía en el circo se quedaba encadenado: él estaba convencido de que nunca podría liberarse de su estaca. El pobre animal tenía el fracaso grabado en su memoria de elefante y jamás, jamás había vuelto a poner a prueba su fuerza…
Algunas noches sueño que me acerco al elefante encadenado y le digo al oído: “¿Sabes? Te pareces a mí. Tú también crees que no puedes hacer algunas cosas solo porque una vez, hace mucho lo intentaste y no lo conseguiste. Debes darte cuenta de que el tiempo ha pasado y hoy eres más grande y más fuerte que antes. Si de verdad quisieras liberarte, estoy seguro de que podrías hacerlo. ¿Por qué no lo intentas?”.
A veces me despierto pensando que mi elefante un día finalmente lo intentó y consiguió arrancar la estaca… Entonces sonrío y me imagino que el enorme animal sigue viajando con el circo porque le gusta mucho divertir a los niños, aunque por supuesto y no está encadenado.