Tras oir unos comentarios cláramente homófobos en clase de Ciencias de la Naturaleza en 1º de ESO, en el que un alumno afirmaba que no le gustaban los homosexuales «porque su comportamiento es antinatural y deciden negar el sexo que Dios les ha dado», el profesor le explicó que la homosexualidad es absolútamente habitual en la naturaleza y que lo que es antinatural es renunciar al sexo, como hacen los curas.
El profesor decidió pedirle a este y a otros alumnos hacer un trabajo sobre las diferentes orientaciones sexuales en el mundo animal. Con este trabajo se pretendía fomentar el respeto hacia las personas homosexuales, pero también se buscaba que los alumnos comprendiesen mejor a los animales para valorarlos como individuos y alejarlos de esa visión de «máquinas irracionales que se guían únicamente por instintos»; una visión que todavía siguen difundiendo los libros de texto.
Aquí tenemos el trabajo de Nerea y Lidia sobre