Una de las conclusiones alcanzadas en el artículo La empatía en niñ@s era: «Una buena forma de que los alumnos entiendan qué es la empatía, que actúen de forma ética y que extiendan la empatía hacia todo aquel que puede sentir es hablando de la empatía de los animales, contando anécdotas de animales que tratan de ayudar a otros, o mostrando vídeos de Interment donde se ven animales rescatando a otros.»
Podemos contar, por ejemplo, una historia sucedida en las costas de Florida en 1954. Para capturar a un grupo de delfines se les lanzó un cartucho de dinamita. Cuando una víctima subió herida a la superficie, otras dos acudieron a ayudarla (1)
Frans de Waal cuenta además la siguiente anécdota:
«(…) Los arrendajos machos cortejan a sus parejas ofreciéndoles deliciosos bocados.
Presuponiendo que a todo macho le gusta impresionar, los experimentadores les ofrecieron dos bocados a escoger: orugas de polilla de la cera y gusanos de la harina. Pero antes de dejar que el macho alimentara a su pareja, ellos la alimentaban primero con uno de esos dos bocados. Al ver esto, el macho cambiaba de su elección. Si su pareja acababa de comerse un puñado de orugas de polilla, él elegía gusanos de la harina para ella y viceversa. (…) Así pues, los arrendajos también parecen ser capaces de atribuir preferencias a otros, adoptando el punto de vista ajeno.»
Con estos ejemplos, no se pretende afirmar que los demás animales tienen las mismas capacidades empáticas que los humanos. Cada uno de nosotros somos diferentes, además hay variaciones en edades, en sexos y en especies. Así, por ejemplo las personas con síndrome Asperger tienen dificultades empáticas, por ello -al igual que ocurre en la infancia- no les podemos exigir la misma responsabilidad ante sus actos que una persona adulta que sí posee esa capacidad desarrollada.
Dentro de los demás animales, también hay grandes diferencias en la capacidad empática. En un estudio realizado con monos capuchinos, se comprobó que dos monos situados frente al otro,no tenían problemas en hacer una determinada tarea si ambos recibían la misma recompensa. Pero si uno recibía un premio más apetitoso, el otro mostraba claros signos de enfado, lo que demuestra un cierto grado de concepción de la justicia. Este estudio se llevó más lejos con chimpancés y se comprobó cómo algunos de ellos protestaban incluso cuando la injusticia les era favorable, algo que demuestra no sólo que saben lo que está bien, si no que además pueden ser solidarios.
1.- De Waal, F. 2016. ¿Tenemos suficiente inteligencia para entender la inteligencia de los animales?. Tusquets. Barcelona.
Se considera que el primer reflejo de la empatía temprana se da cuando un bebé responde con un lloro al llanto de otro bebé próximo. Este hecho es más frecuente en niñas que en niños y la mayor capacidad empática en el sexo femenino tiende a mantenerse en todas las edades (1).
La capacidad de empatizar supone ser capaces de ponernos en el lugar del otro y evaluar cómo afectan nuestras acciones en terceras personas. Si a pesar de ser empáticos, actuamos exclusivamente en función de nuestros beneficios, seremos egoístas o «malas personas «. De hecho, algunas prácticas detestables, como la tortura están basadas en una alta capacidad de conocer cómo se siente el otro, es eso lo que les hace llevarla acabo y lo que les define a quienes las hacen. Unas prácticas cuyas víctimas no se limitan a nuestra especie y que suponen un mal ejemplo para las futuras generaciones.
Las personas altruistas, también se basan en la empatía a la hora de ayudar a los demás. Son capaces de ponerse en el lugar del otro y actúan como consideran que deben actuar sin motivaciones exclusivamente personales.
Si queremos contribuir al desarrollo del respeto de los más jóvenes debemos incorporar también la empatía hacia los animales. Además, debemos tener en cuenta que los estudios indican una menor capacidad empática en el sexo masculino que en el femenino. Algo que debería ser contrarrestado por parte de nuestro sistema educativo y no reforzado como ocurre (2).
Una buena forma de que los alumnos entiendan qué es la empatía, que actúen de forma ética y que extiendan la empatía hacia todo aquel que puede sentir es hablando de la empatía de los animales, contando anécdotas de animales que tratan de ayudar a otros, o mostrando vídeos de Interment donde se ven animales rescatando a otros.
Es un papel de todo docente ayudar a sus alumnos a comprender que sus acciones pueden beneficiar o perjudicar a los demás y que debemos actuar de la forma correcta.